Nos dice el psicólogo Abraham Maslow y su escuela de Psicoterapia Transpersonal, que el individuo no solo se enferma cuando sus necesidades básicas no se satisfacen, sino también cuando sus meta-necesidades básicas tampoco lo son, a saber la urgencia de una interiorización espiritual que provea las respuestas apropiadas a esas profundas preguntas filosóficas y espirituales que el Hombre, en su vida, más tarde o más temprano termina haciéndose: ¿cual es la razón de nuestra existencia; cual nuestro origen y cual nuestro destino; cual es la razón del sufrimiento humano; y la pregunta más importante: cual es la razón de la muerte y como debo actuar para trascenderla? Cuando al Hombre por diferentes causas no le es posible suplir, tanto a sus necesidades básicas de alimentación, techo, vestuario, etc., así como a sus meta-necesidades espirituales, el asunto desemboca para él, en una gran tensión interna psicológica que puede llegar a enfermarlo gravemente en su organismo, toda vez que su sistema inmune puede verse directamente interesado por la continua tensión, o estrés como ahora se lo llama; o también enfermando su psique, al causarle hondas depresiones, que muchas veces pueden terminar en suicidio. En el mundo occidental moderno, las meta-necesidades espirituales, casi que desconocidas en su importancia capital, han sido prácticamente ignoradas y el esfuerzo se ha dirigido, de forma poco menos que exclusiva, a la solución de las necesidades básicas de alimentación, techo, seguridad social, etc. Esto lentamente ha ido conduciendo a la consecución de elevadas metas socio-económicas por parte de grandes grupos humanos, pertenecientes sobre todo a países del Primer Mundo; pero estas metas, una vez obtenidas y como los falsos dioses que han terminado siendo, lo que en verdad están engendrando es una sensación de vacuidad vital cada vez mayor que necesita de alguna manera ser subsanada. Las grandes religiones que en el mundo han sido y son, tales como el cristianismo, el islamismo y el budismo, se han encargado de ello durante milenios, pero pienso que el turno le toca ahora a la verdadera ciencia humana, ciencia que para nada ha de colisionar con las también verdaderas y milenarias creencias religiosas sobre el origen y destino del HOMBRE. Y este es precisamente el tema que este ensayo intenta explicar y desarrollar.
 
Más información sobre el mismo tema ver trabajo presentado por el autor a la Conferencia Acadámica Sophia-Iberia en Europa y que se llevó a cabo en Madrid, por la Universidad Pontificia Comillas,entre los días 5 a 7 de Septiembre del 2007
 
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